¡Paz y bien amig@s!
El pasado 29 de octubre, tras días de preparación e ilusión, y confiando en la protección del Señor, a pesar del mal tiempo, nos fuimos "en peregrinación" a Antequera, desde nuestra Residencia Madre Carmen, de Málaga y Sagrados Corazones de Sevilla.
Entre residentes, trabajadores, familiares, amigos y hermanas, unas 80 personas... Sobre las 11:30 nos recibían en nuestra Casa Madre, las Hermanas y algunos miembros de la fraternidad de adultos de Paz y Bien, que ya tenían todo preparado para que la visita, aún "pasada por agua", fuera lo mejor posible.
Tras la acogida y bienvenida, pudimos celebrar la Eucaristía, presidida por el Capellán de la Residencia de Sevilla, Fr. Jesús, ofm, que nos acompañaba y que no invitó, con las palabras de San Pablo, a "vestirnos elegantemente" con el Amor de Cristo, haciendo referencia a como Madre Carmen, lo hizo a lo largo de su vida y animándonos a continuar mirando al Corazón de Cristo, como Ella, para llevar la alegría sencilla del Evangelio a todos los que nos rodean.
Ni la tormenta, ni el apagón de luz, en mitad de la Eucaristía, fueron impedimentos para el clima de fraternidad y acción de gracias, que se fue forjando. Además, pudimos venerar la Reliquia de nuestra Madre y rezar juntos las oraciones para ganar la Indulgencia. Así, como recibir un precioso regalo, al final de la Misa, por parte de la Banda y el coro de los alumnos del colegio que nos agasajó con sus marchas y cantos.
Pasada las 14:30, en el salón de San Francisco, las alumnas mayores del colegio bendijeron la mesa y los variados aperitivos así como un par de enormes y riquísimas paellas hicieron las delicias de todos loas presentes... tanto que alguno "tripitieron"... Para concluir un helado y café, con un regalo de las Hermanas de la Comunidad y un detallito artesanal hecho por los residentes de Sevilla. Cosas que fueron haciendo que el día estuviera plagado de detalles por parte del Señor.
Aún nos quedaba un momento importante: visitar y rezar en la Capilla de Madre Carmen, y con permiso de la lluvia algunos más agiles, pudieron disfrutar del patio de los naranjos, la huerta y visitar la celda y el museo. E incluso, dar su testimonio al periódico local del Sol de Antequera.
Agradecemos de forma, muy especial, a las Hermanas de la Casa Madre y la fraternidad de adultos, su disponibilidad y dedicación en este día . No nos que más que decir: "¡Bendito sea Dios que tanto nos quiere!... y ¿Por qué, no?... ¡Qué se vuelva a repetir!... si Dios quiere.
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