Otro viernes más nos hemos reunido para celebrar nuestro encuentro de paz y bien, en torno a María, a la espera del nacimiento de nuestro Salvador.
Este II Domingo de Adviento nos hace una fuerte llamada a mirar en nuestro interior y con sinceridad, “limpiar”…
Vamos a mirar nuestro Corazón, porque también en él puede haber polvo acumulado… pero lo vamos a hacer teniendo como Espejo el Corazón de la Virgen, el Corazón de la Madre…
Vamos a recibir un manojito de pajas… esa “paja” que a veces tan fácilmente vemos en el ojo del hermano, y que no conseguimos quitar en el nuestro. Vamos a reconocer esas faltas que a veces, ofenden a Dios, a los hermanos, y no nos permiten vivir en paz con nosotros mismos… y como hicimos la semana anterior con el algodón, vamos a depositarlas en la cuna de Jesús, solo desde Su Amor y misericordia, esas “pajitas” servirán para calentar y abrigar.
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