Del
Corazón abierto de Cristo, como nuevo Adán, surge la Nueva Eva, su esposa que
es la Iglesia, a la cual pertenecemos por el agua y el Espíritu, esto es, por
el Bautismo; viviendo en ella la plenitud, por la Sangre, es decir, la
Eucaristía. Pidamos, pues a Jesús:
“Haz
nuestro corazón semejante al tuyo”.
Corazón
de Jesús, amante hasta lo infinito y hasta lo infinito amable…
Corazón
de Jesús, delicia de todos los santos…
Corazón de Jesús, auxilio nuestro en las tribulaciones
que nos rodean…
ORACIÓN FINAL
Corazón
de Jesús, ayúdanos a querer vivir construyendo la iglesia, amando a esa Iglesia
nacida de tu Corazón, que es “sacramento universal de Salvación” para todos los
hombres. Amén.
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