lunes, 21 de septiembre de 2020

21 Septiembre. Día Mundial del Alzheimer.

 

El Alzheimer puede tocar la puerta de cualquier familia.

La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia. Es una enfermedad irreversible y progresiva del cerebro, que destruye la memoria y la capacidad de pensar y eventualmente, la habilidad de realizar las actividades de la vida diaria y hasta las tareas más sencillas.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente 50 millones de personas sufren de demencia en el mundo (con 10 millones de casos nuevos cada año) y de esos casos, la enfermedad de Alzheimer es la forma de demencia más común, contribuyendo al 60 o 70% de los casos.

Según los últimos datos publicados por la Asociación de Alzheimer en EE. UU. en 2019, 5.8 millones de estadounidenses padecen de Alzheimer (esto equivale a uno de cada 10 de 65 años o mayor) y estiman que la cifra subirá a 13.8 millones en los próximos 30 años, si los investigadores no logran encontrar cómo prevenir o curar la enfermedad. Además, es la sexta causa de muerte, más que el cáncer del seno y de la próstata combinados.

Las mujeres, en el epicentro de la enfermedad

De los 50 millones de personas que viven con Alzheimer en todo el mundo, dos terceras partes son mujeres. Y ellas representan en Estados Unidos el 60% de los cuidadores de los pacientes afectados con Alzheimer.

Se han encontrado como factores de riesgo: los niveles bajos de educación, el sedentarismo y el estrés y se está investigando si los estrógenos y la menopausia contribuyen a la pérdida de la memoria.

Si bien es cierto que la edad es un factor de riesgo para desarrollar Alzheimer y las mujeres en promedio viven más que los hombres, la longevidad por si sola no explica esta diferencia.

Por otro lado, cuando las mujeres tienen la Apoproteína E4 (APO E4), un gen asociado con un riesgo variado de Alzheimer, tienen mayor riesgo de desarrollar un defecto cognitivo (de entendimiento y razonamiento) leve, o Alzheimer que los hombres. También tienden a tener peor memoria, más atrofia cerebral y menor metabolismo cerebral que los hombres.

Y por último, las mujeres tienden a ser diagnosticadas cuando su condición ha avanzado más y se deterioran más rápidamente que los hombres.

La importancia de la detección temprana

Aunque el Alzheimer no se puede curar en este momento, su detección temprana es importante porque no sólo podría retrasar el progreso de la enfermedad, sino ayudar a mantener la calidad de vida del paciente, ayudar a maximizar el funcionamiento en sus actividades diarias, ayudar a mejorar la comprensión y el razonamiento, el estado de ánimo y el comportamiento del paciente y apoyar y educar a la familia acerca de la enfermedad y sus consecuencias. En otras palabras, disminuir el sufrimiento tanto físico como emocional de todos los involucrados.

En general, los factores de riesgo para desarrollar Alzheimer incluyen: depresión, diabetes, lesiones en la cabeza, pérdida de la audición, consumo excesivo de alcohol, presión alta, colesterol elevado en la sangre, vivir cerca de calles transitadas (a 50 metros quizá por el aumento en la contaminación), baja escolaridad, obesidad y falta de actividad física, dieta chatarra, fumar y aislamiento social. Y de los factores de riesgo que no se pueden cambiar: la edad, el sexo (mayor si es femenino) y en 2 a 5% de los casos, una predisposición genética.

Si alguna persona en tu familia tiene 65 años o más (ya que el Alzheimer es más común en personas a partir de esta edad), debes estar atento a las 10 señales de Alzheimer para consultar al médico, para que se establezca el diagnóstico apropiado. Toma nota:

  1. Cambios en la memoria que hacen difícil la vida cotidiana
  2. Dificultad para planear y resolver problemas
  3. Dificultad para hacer las tareas habituales de la casa o en el trabajo, e incluso problemas para completar tareas en su tiempo libre (crucigramas, juegos, etc.)
  4. Desorientación en cuanto a tiempo y lugar
  5. Dificultad para leer, determinar distancias y diferenciar colores
  6. Problemas con su vocabulario y en general con el lenguaje hablado y escrito
  7. Poner objetos en el lugar equivocado y olvidarse de dónde los han puesto
  8. Problemas para tomar decisiones y disminución o falta de buen juicio
  9. Evitar actividades sociales y perder el interés en el trabajo e incluso en su pasatiempo favorito
  10. Cambios en el estado de ánimo y en la personalidad.

Si bien estas señales pueden ser normales si se presentan de manera leve a medida que envejecemos, es importante estar alerta si se presentan en mayor grado y si afectan la vida cotidiana de la persona de manera significativa. Si tienes duda, consulta a un médico. La detección temprana puede retrasar el avance del Alzheimer mientras encontramos la cura y puede mejorar la calidad de vida de la persona afectada y de su familia.



Artículo de Aliza Lifshitz, MD, (Dr. Aliza), Endocrinología, Diabetes y Metabolismo (saludaldiamagacin.net)

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