Como cada viernes, vamos caminando hacia la Pascua recorriendo los momento que el Señor no va regalando mediante su Palabra.
En este domingo nos centramos en el evangelio de San Juan, que nos llama la atención porque en él vemos a Jesús airado, enfadado, se comporta con violencia... Nosotros estamos acostumbrados a verle como rey de paz, como manso y humilde... sin embargo, el enfado de Jesús tiene sus motivos y nos demuestra que frente al mal nunca podemos consentir. Jesús no condena a las personas, condena la situación de mal, el hecho de que hayan hecho del Templo, un lugar sagrado, un mercado, un lugar en el que el nombre de Dios se utiliza para recaudar y conseguir dinero.
No debemos dejar enfriar el amor de Jesús, tenemos que cuidar nuestro templo interior para también cuidar el templo de Dios y para ello nos podemos acercar al Sacramento de la Confesión, que es una gracia, un momento de reencuentro con un Amigo, con un Padre que nos espera con los brazos abiertos y al que podemos acudir sin miedos.
Y como gesto de esta semana, ante la Cruz, tenemos un recipiente con las cenizas que nos fueron impuestas el Miércoles de Ceniza y en el que vamos a depositar, a modo de examen de conciencia nuestros pensamiento, palabras, acciones.. para que nuestro corazón pueda volverse en verdad a Él y también así a nuestros hermanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario